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¡Motor Fuera!


En la Vendée Globe hay muchas cosas importantes, pero pocas son realmente imprescindibles. El motor de barco es una de ellas. ¿Por qué importa tanto el motor en una regata a vela? Buena pregunta. Hay varias razones: La primera, aunque no tiene nada que ver con la regata, es que un IMOCA es un barco de un tamaño considerable (60 pies - 18,28 m) y necesitamos una forma de maniobrar en puerto. Durante el período anterior a la regata, salimos con frecuencia a navegar para entrenar, llevar invitados, etc, así que debemos tener una forma eficaz de amarrar en el puerto. La segunda quizás es la más importante: el motor nos sirve para suministrar energía. Muchos de los aparatos y sistemas del barco necesitan electricidad para funcionar. Algunos de ellos son vitales, como la potabilizadora, y otros son igualmente importantes para que el barco navegue: la electrónica del barco, piloto automático, el mecanismo para mover la quilla, etc. Aunque cada vez usamos más sistemas alternativos - de los que os hablaremos pronto - el motor nos sirve para cargar las baterías de forma rápida y eficaz en casi cualquier circunstancia. Solo tenemos que evitar arrancar el motor cuando el barco navega con mucha escora ya que, en estas circunstancias, no es recomendable que esté en marcha.

Cuando utilizo el motor para cargar las baterías, suelo hacerlo por períodos de 30-40 minutos, en función también de la temperatura, porque en ambientes más cálidos las cargas tienen que ser más cortas.

A pesar de su eficacia el motor tiene dos aspectos negativos. El primero es que debemos llevar el combustible encima y esto le supone un peso añadido al barco. En mis dos anteriores vueltas al mundo he llevado unos 170 litros, aproximadamente. El otro problema es que, pudiendo obtener energía de forma limpia, aún tengamos que usar un motor de combustible fósil para poder navegar a vela. Afortunadamente, los sistemas alternativos son cada vez más eficaces. Prueba de ello es que algunos de los barcos que han participado en la Vendée Globe ya han conseguido terminarla sin usar el motor.

Conociendo la importancia del motor, hemos tomado la decisión de instalar uno nuevo. El antiguo ya tiene casi diez años de uso y alguna que otra avería importante. Cómo muchos de vosotros recordaréis, en la salida de la Vendée Globe de 2016, una vía de agua en los tanques de lastre hizo que el motor se inundara por completo. Conseguimos arrancarlo al poco de llegar a puerto y pudimos salvarlo gracias a la inestimable ayuda de los Bomberos de Les Sables d’Olonne.

Así pues, ha llegado el momento de cambiar motor. Además (y he dejado la mejor razón para el final)

¡el nuevo es casi un 30% más ligero!

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